Luchas de guardería

Últimamente estoy recibiendo varios mensajes en mi WhatsApp con una clara intencionalidad de acoso y derribo entre colegas de profesión.

Debo matizar que me llegan a mi procedentes un profesional con el fin de que yo apruebe su praxis hacia su rival; pero vamos, me he enterado que este envío no sólo me lo hace a mi, sino que es un envío masivo, al estilo lista de distribución.

Me da pena y risa a la vez. Y digo bien, Pena y risa.

Pena porque un profesional de su calibre se dedique a este tipo de juegos más propios de las guarderías de su tierra que a lo que realmente debería dedicarse y a lo que le demanda la sociedad.

Y risa porque si con estas ‘batallaras’ cree que va a derrotar a su colega de profesión, comete un gravísimo error.

Los profesionales de verdad le ponen zancadillas al que tiene al lado, ni teje fantasmas donde no los hay, ni rema en contra de todo el mundo, ni se cree superior a todo su entorno.

Por el contrario, es humilde, teje alianzas y estrategias con sus alrededores y también con quien tiene alejado pero con quien conecta y puede sumar en beneficio de todos.

Veo este dantesco espectáculo desde el patio de butacas, cuando podría verlo desde el escenario, y en lo más profundo de mí siento rabia al observar la deriva que toman ciertas actitudes y ciertas personas. Están totalmente irreconocibles y, lo más grave, estás luchas de guardería sólo logran generar un descrédito en el trabajo de esta persona y sus colaboradores directos e indirectos que tardarán muchos años hasta que su trabajo y su reputación vuelva a tener credibilidad a los ojos de los demás, suponiendo que esos trabajos todavía perduran y no hayan quedado sepultados en la memoria colectiva.

Y lo que más llama la atención de esta situación es que encima vamos proclamando nuestras bondades al más claro ejemplo de una evangelización en pleno siglo XXI.

Sin embargo, creo que nadie se ha puesto a meditar los motivos por los que se ha llegado a esta situación y nadie ha hecho una análisis concienzudo, frio, y objetivo. Seguramente nadie quiere enfrentarse a la cruda realidad.

Es evidente pero hay que ser consciente de la realidad. Dicho de otra forma, ¿alguien se imagina a un equipo de La Liga 123 que pretenda a toda costa jugar la Champion? Exactamente esto le pasa a algunos, que todavía desconoce cuál es su verdadero escenario y su terreno de juego.

Hace algunos años, un autor de reconocido prestigio decía que los escritores debían ser humildes antes que la vida les obligada a serlo. Esto se puede aplicar a muchas profesiones.

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