días mundiales

En el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia

Fotografía: @elCorreoWeb

Un día para reflexionar muy severamente sobre algunas cuestiones. Estoy cansado, fatigado más bien, de ver que estos “días mundiales” se utilicen de forma torticera y malintencionada. Sirven para darnos golpes de pecho, y para que salgamos en estación de penitencia, y hasta nos canten saetas desde los balcones, por aquello de que somos los mejores del mundo, y defendemos lo indefendible. Pero lo somos hoy, y apostamos por la visibilidad de la mujer en la ciencia hoy. Pero, ¿y mañana? ¿y pasado? ¿y dentro de 20 días? Ya nadie se acordará de ellas. En mi tierra y en cualquier hogar decente sólo tiene un nombre; oportunismo. En cierto chalé de Galapagar quizás lo llamen de otra forma. Acostumbrados nos tienen a sus ridiculeces populistas.

El brote de la pandemia por COVID19 ha demostrado claramente el papel crucial de las científicas en los diferentes frentes en la lucha contra la pandemia, desde los avances en el conocimiento del virus hasta el desarrollo de técnicas para las pruebas de COVID19 y las vacunas contra el virus. A la vez, la pandemia ha tenido un impacto negativo muy significativo en las mujeres científicas. Ha afectado especialmente a las que se encontraban al comienzo de sus estudios, de sus carreras; lo que ha contribuido a que se ensanche la brecha de género existente en la ciencia.

Esta contextualización me lleva a otro estadio. La importancia de la ciencia en nuestro entorno, en nuestro día a día. El otro día, en este mismo espacio, ponía en valor unas palabras acertadísimas el bioquímico y oncólogo Mariano Barbacid, que en un programa de televisión hacía un  canto a la ciencia, y pedía un pacto por la ciencia y la investigación. Cualquier excusa es buena para dar un paso adelante y apostar por la ciencia y la investigación. Cualquier país tiene que apostar por la ciencia y la investigación como polo de desarrollo y riqueza del país, más allá de otros condicionamientos y circunstancias, pero sobre todo por responsabilidad social. Lo he dicho varias veces, y me reitero: los enfermos crónicos no entienden de cuitas políticas ni económicas. Quieren respuestas, especialmente cuando la industria farmacéutica ya les da la espalda y no les ofrece ninguna respuesta válida.  Como Estado, como país, tenemos que darles una respuesta eficaz, rápida, ágil y contundente. (ahora que algunos manchan tanto esta palabra al pronunciarla en sus bocas mugrientas). Y esto sólo puede venir de la mano de la ciencia.

Fotografía: @LaVanguardia

Ahora nos vienen contando que Pedro Duque, el que colgó el traje de astronauta para ponerse el de ministro sin saber muy bien cómo ponérselo ni a que “luna” viajar con él puesto, parece ser que ha firmado un Pacto por la Ciencia y la Innovación, pero, para no variar, han vuelto a meter la pata. Ante un pacto de estas características al que se han sumado más de sesenta entidades, como Gobierno no puedes soltar perlas cargadas de roña. Un ministro, con la que está cayendo, ante un documento de estas características, no puede decir que este pacto “es un acto de solidaridad con las generaciones venideras”. Estas palabras son indecentes.

No quiero ahondar en chismes absurdos, ni propagandas baratas para satisfacción de cierta ministra, pero voy a insistir más que cualquier día es importante para reivindicar el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, y además para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas. Por supuesto, cualquier día es válido para tener presentes a los enfermos crónicos y sus problemas, un colectivo social (en sus mayoría dependientes y grandes dependientes), muy frágiles desde un punto de vista social, económico, cultural, y, a veces, hasta familiar. Vuelvo al principio de la película, como Estado tenemos una responsabilidad contraída con ellos. Responsabilidad que en muchas ocasiones vendrá de la mano de grandes científicas como Margarita del Val, María Blasco, o la ya fallecida, la grandísima bióloga Magarita Salas. Hoy es día. Pero también lo son los restantes 364 días. No perdamos esta perspectiva. Cuidado.

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