La voluntad política

Fotografía: @rtve

La semana pasada se publicaba la noticia de que el Gobierno de España había destinado en Aragón alrededor de setecientos millones para trabajadores en desempleo o en ERTE desde abril del año pasado a marzo de este año. Al leer esta noticia, lo primero que he sentido, es una mezcla de rabia y de envidia.  Precisamente, como dicen en Aragón, ‘pelusa’. Al comprobar cómo gestionan dos presidentes de un mismo partido político. Mientras uno se preocupa por los problemas de sus ciudadanos, otro, el presidente de Asturias sigue en su particular Castelgandolfo asturiano, enviando videos cada fin de semana para no decir ni hacer nada.

Esta noticia me lleva a otra reflexión más seria y más profunda. Lo he repetido infinidad de veces. Pero vuelvo a insistir. La pandemia cogió con el pie cambiado a todo el mundo, sin excepción. Pero después de más de un año de pandemia, muchas autoridades locales, autonómicas, algunas nacionales (las menos), y supra nacionales, se han activado y han reaccionado para dar respuesta a la sociedad.

Que nadie pierda la perspectiva. Estamos ante la mayor y peor crisis sanitaria, económica, social, y geo política de las últimas décadas. Ante una crisis así, los ciudadanos quieren respuestas, nunca gresca. Necesitan soluciones, jamás polarización. Esto sólo se logra con un ingrediente: la voluntad. Dejando a un lado, la pelotera política y las luchas políticas. Siempre poniendo en el eje de todas las políticas a los ciudadanos. Pero con el mismo denominador común: la voluntad de que querer resolver los problemas, al margen de quien es tu interlocutor. Incluso de querer adelantarse a los posibles problemas que pueden llegar.

Pero no. Para muchos representantes de nuestra clase política eso no va con ellos. Para algunos se gestiona dependiendo de quién es mi interlocutor político. Eso no es ético. No tiene nada de decente.

Fotografía: @El_Plural

Podría poner evidentes ejemplos que nos ilustrarían de quien muy decentemente está poniendo en el centro de sus políticas a los ciudadanos por encima de sus ideologías, y quien gestiona al margen de los ciudadanos. Éstos últimos miran a quienes están enfrente, y dónde se sitúan ideológicamente en el mapa político, anteponiéndolos a los ciudadanos. Eso se llama egoísmo en estado puro.

La voluntad política es esencial para resolver los problemas de los ciudadanos. Y esto debe ser una prioridad absoluta por delante de la ideología política. La voluntad política es parte de la solución de los problemas de los ciudadanos. Nunca se puede convertir en el propio problema de los problemas. Pero lamentablemente a diario nos enfrentamos a esta situación. La voluntad es el problema de todos los problemas, y eso no puede ser. No tiene sentido. Pero para muchos es así. Y es así, porque como diría mi madre «tienen el riñón bien cubierto».

Fotografía: @heraldoes

A lo largo de este año largo que llevamos de pandemia, el mejor ejemplo de cómo algunos líderes políticos se han convertido en el problema de todos los problemas, es la gestión de la pandemia por parte de los diferentes presidentes autonómicos. Mientras los presidentes de Aragón o Castilla-La Mancha se han remangado, y han sumado al margen de quien tenía enfrente, otros, como el Presidente de Asturias se han dedicado a hacer crucigramas y hacer sopas de letras. Eso no tiene nada de ético, y menos de decente.

El tiempo pondrá a cada uno en su sitio. Pero es evidente que, después de tantos meses de pandemia, con los miles y miles de fallecidos, y familias damnificadas a todos los niveles, nadie puede negar que un cargo institucional, (un alcalde, un presidente autonómico o un ministro) tiene la obligación de dar respuesta los problemas de la sociedad. De lo contrario, como dice el Profesor Emilio Lledó, nos encontramos  ante «indecentes con poder». Y esta especia tan común que pisa moqueta, resulta tan inmoral como degradante.

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José Ángel Jarne Navalón

Una web para hablar de actualidad, desde la moderación, abordando todos los temas del presente: desde la política a la cultura, desde la Historia al periodismo, desde la reflexión personal hasta la literatura y el arte,... Soy profesional de protocolo y eventos. Mi actividad también se desarrolla en el ámbito de la comunicación, especialmente en la comunicación política, cultura y sanitaria.

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