El tsunami Ayuso

La jornada de ayer en la Comunidad de Madrid pasará a la historia de nuestra democracia por diversos motivos. Uno de los más significativos: la participación. La gente acudió en masa a ejercer su derecho constitucional de ejercicio del voto. Desde primera hora de la mañana, las imágenes de las televisiones y de las redes sociales hablaban por sí mismas. A la vez, nos daban un mensaje implícito en clave de comunicación política. Cuando un gestor político toma decisiones, aunque se equivoque en ocasiones, si en términos generales, la sociedad está satisfecha con su gestión, va a responder a su llamada. Y la sociedad madrileña mayoritariamente ha acudido a las urnas tras a la llamada a la participación de todos los partidos políticos, pero especialmente del Partido Popular y de la Presidenta y candidata a la Presidencia de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz-Ayuso.
La noche electoral de ayer nos dejó varias claves políticas importantes, que conviene analizar con la serenidad que corresponde.

En primer término, Ciudadanos bordea el precipicio de la desaparición. La formación naranja que lidera Arrimadas se queda fuera de la Asamblea de la Comunidad de Madrid. Seis años después de irrumpir en la política nacional, se han convertido en una fuerza absolutamente irrelevante. De 26 diputados que tenía a cero diputados. Una debacle mayúscula. Pero como ya nos tiene acostumbrados la Cruella de Vil de la política española, en ese partido no dimite nadie. Demasiado orgullo. Muy poca humildad, y ninguna autocritica. Pésima hoja de ruta.
En otra casa que pintan bastos y que están muy necesitados de autocritica y de «bajar los decibelios» es Ferraz. El batacazo de Gabilondo ha sido mayúsculo. Los ciudadanos le han cobrado en una única factura los continuos desastres de la gestión de la pandemia de la Covid19. Le han enviado un recadito a Sánchez, que no ha tenido la decencia de poner los pies en Ferraz arropando a su candidato. Los errores en política se pagan en caro. Y los ciudadanos se cobran las facturas en las urnas. Aunque Sánchez siga tocando el arpa y mirando a otro lado. A lo lejos ya se escuchan los tambores de guerra en Aragón y en Castilla La Mancha. Contentos están los barones

Hace unos días, en pleno fragor de la batalla de la campaña electoral, bromeaba la Presidenta Díaz-Ayuso de que se tuviera cuidado con lo que se hacía «a ver si España le iba a deber tres». Y anoche se cumplió porque el resultado de Podemos fue tan estrepitoso que su ‘amado’ líder huye, en vez de hacer frente al fracaso; no tiene el valor de remangarse y hacer frente a la situación del partido. Para Pablo Iglesias, lo más cómodo es dimitir. Lo responsable, lo ético, lo decente hubiera sido hacer frente a la situación. Pero hay palabras que no entran en el lenguaje del ex vicepresidente. Lo fácil es evadirse.
Aumentar.42.000 votos en una convocatoria electoral como la madrileña es insignificante. Asumiendo que Vox aumentó un diputado, en términos generales perdió relevancia. Y esto es otro mensaje en clave política. La gente no quiere extremos, huye de la polarización. Necesita la moderación, y eso sólo lo puede ofrecer el Partido Popular. No obstante, es importante este aumento porque permitirá que Díaz-Ayuso gobierne desahogadamente. Sin sobresaltos naranjas ni boberías.
El revolcón –literal- que Mónica García le ha dado a Gabilondo sin que éste ni se haya inmutado es estratosférico. No en vano, Más Madrid entraba en el ring electoral con una ventaja añadida en su DAFO particular. Para muchos, la anestesista es la mejor candidata del bloque de la izquierda. Y está ventaja el partido de Errejón la ha aprovechado consciente de que tanto PSOE como UP no terminaban de conectar con el electorado y la sociedad madrileña.

Pero goleada, el tsunami ha llegado de la mano de Isabel Díaz Ayuso. Tras una campaña en la que ha sido objeto de todo tipo de zancadillas, criticas, insultos, y diana de lo mejorcito de cada casa, anoche arrasó. Llegó 65 diputados de los de los 136. Así, Ayuso podrá gobernar sin Vox. La goleada fue en los 21 distritos de la capital, en los de alta renta y en los de media y baja. Este tsunami también trajo otra ventaja importante: reforzar la ‘marca PP’ y el liderazgo del Presidente Pablo Casado, especialmente después de abortar las intentonas golpistas de Murcia y Castilla y León.
Por contrapartida, la figura de Pedro Sánchez ha quedado muy dañada y puesta en evidencia. Los próximos días serán claves para comprobar el futuro político del Gobierno de Sánchez y su liderazgo dentro del partido.
Sin ninguna duda, la estrategia política de Díaz-Ayuso activando el botón electoral el mismo día que se presentó la moción de censura en Murcia ha sido fundamental para recuperar la marca y el liderazgo del centro derecha español.

Queda una incógnita por resolver en este puzzle. Si los resultados son la sentencia de Pedro Sánchez como Secretario General y como Presidente del Gobierno. El hecho de no salir del Palacio de la Moncloa para seguir la noche electoral desde Ferraz es un gesto que indica que las aguas bajan turbias. Tan obscuras que cada vez se ve más próxima la entrada en la Moncloa de Pablo Casado. Ahora el bloque de la derecha vapuleó al de la izquierda, al que superó en más de 15 puntos. Hace dos años, la diferencia fue de tres puntos a favor de la derecha.
Dicho de otro modo, el tsunami Ayuso le ha abierto las puertas a Sánchez para que las cierre al salir. A su vez, se las ha abierto a Casado para que entre en el Palacio de la Moncloa más pronto que tarde. Otro tsunami que se acerca. De norte a sur de España.
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