‘Pálido monstruo’ de Juan Bolea
Corría el año 2013 cuando leí la novela «Pálido monstruo» del escritor gaditano y afincado en Zaragoza, Juan Bolea. Había visto la luz gracias al sello editorial de Espasa.
Ahora, a la vuelta de diez años, lo acabo de releer. Y continua siendo una gran novela que merece la pena, porque los buenos libros , porque como dice ese proverbio hindú, «un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado, un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora» .

«Pálido monstruo» es una obra desmenuzada con un bisturí zaragozano para adentrarnos en los recovecos más inhóspitos de la Zaragoza de Juan Alberto Belloch. Con la destreza que caracteriza al maestro Bolea, preclaro cronista zaragozano y martirio de todo político que se menea en las tierras del Ebro, la novela nos describe una Zaragoza corrupta y desenfadada, principio y fin de depravaciones varias y orgías políticas, sociales, económicas y humanas. Pero siempre aderezadas con el condimento de una femme fatale que pone el inevitable toque sensual y erótico a esta excelente novela.
A través de sus páginas, Juan Bolea nos recorre la Zaragoza de El Tubo, de la Plaza de El Carbón, y de la Ribera. Zaragoza se nota y traspasa en cada una de sus párrafos. La obra rezuma aragonesismo por todos los poros de su piel. ¿Por qué Bolea escribe esta novela? ¿Tanto le debe el andaluz a la Cesaraugusta para tributarle esta obra? En cualquier caso, recomiendo esta lectura; una lectura ágil, amena y, sobre todo, transparente. Pero todo obra, hay que ponerle un ‘pero’. Esta vez en forma de interrogante. ¿Por qué no aparece en ningún momento la que durante varios años fue la mujer de su vida? Me refiero a Martina de Santo. Una injerencia de esta inspectora de policía –aunque fuera de soslayo-, hubiese acrecentado el cosquilleo a la ficción, aunque en el fondo y en la forma, «Pálido monstruo» tiene poco de ficción y mucho de exactitud.
Este insigne narrador da mucho juego como novelista. Ha quedado de manifiesto en diversas ocasiones. «Pálido monstruo» es una gran novela en la que el lector no sólo encontrará misterio, intriga y sensualidad, sino también una destacada maestría narrativa y, como no podía ser de otra forma de la mano de Juan, un meticuloso y desmenuzado conocimiento de la vida política zaragozana; sobre todo, de esa vida política que se cuece y se sirve de espaldas a los ciudadanos. En la que sólo importa el sillón de turno.

Como decía antes, ello acicalado por una femme fatale que pone ese más que necesario toque de sensualidad y erotismo que siempre caracterizan a las obran del maestro Bolea. Como muy bien señala el propio autor: «la base de mis novelas es el enigma, la tensión por lo desconocido».
Sea como fuere, este insigne gaditano afincado en Zaragoza ya ha traspasado todas las fronteras posibles de la narrativa más cristalina. ¿Qué le queda al azote de los politiquillos aragoneses? Sólo un paso. Reconvertirse en editor. Me he desgañitado en decirselo, pero sigue en el dique seco. ¿Será el inexorable paso del tiempo? ¿Será su gran amor a la narrativa, que le impide ver el sol? Sea como sea, lo cierto es que «Pálido monstruo» es un libro que merece la pena leer, leer y releer. No sólo descubriremos una gran novela, pondremos ante el espejo uno de los más grandes novelistas españoles de la actualidad. Un gran observador de la política aragonesa. Un gaditano que siempre se ha considerado un zaragozano más Como debe ser.
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