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Las entidades sin ánimo de lucro, imprescindibles

Conozco a un tipo “muy espabilado”, él. Hace unos días me decía, en un gesto de iluminación divina, que a las ONG’s y a las entidades sin ánimo de lucro había que cerrarles el grifo de las subvenciones y del dinero público. Qué este colectivo debía autofinanciarse por sus propios medios. Esta argumentación es tan estéril y tan vacía que se desmonta sola, pero vamos a explicarlo porque estas palabras son un vaso de agua vertido sobre la arena de la playa.

Fotografía: @pixabay

Me intentaba argumentar qué un país, una comunidad, o una ciudad (Gijón, sin ir más allá) no podía andar regalando dinero público de forma  delibera y gratuita sin saber muy bien a quien se le daba y para qué. Es evidente que esa persona habla desde el más absoluto desconocimiento del mundo asociativo. Es lógico; lleva mucho tiempo intentando pisar moqueta, y al parecer no lo consigue, ni lo va a conseguir. Aunque intenta desesperadamente convencer de su dogmatismo rancio y casposo.

Ayer se celebró el Dia Mundial de las ONG’s. Un día para celebrar, aunque pasara bastante desapercibido. Mi felicitación a ese innumerable y desinteresado ejército de valientes que a diario, desde la discreción más absoluta, trabajan para conseguir una sociedad mejor en diferentes campos (social, asistencial, educación, deportes, cultural, salud, discapacidad, menores, pacientes, medioambiente, refugiados… ).

El sector de las ONG’s. y de las asociaciones es un sector imprescindible en la actualidad, y merece todo el reconocimiento, apoyo y ayuda posible. ¿Alguien se imagina, por ejemplo, a Cruz Roja, o Médicos sin Fronteras, a UNICEF, o a la AECC, sin un sólo euro de ayuda pública? Sería un total disparate, ¿verdad? Pero igual que estas asociaciones grandes, existen otras mucho más pequeñas, más invisibles, especialmente de pacientes, que gracias a las ayudas públicas pueden contratar (sin ir más lejos) fisioterapeutas, educadores, psicólogos, trabajadores sociales, administrativos… Crean empleo.

Fotografía: @DiarioDAlmeria

Las ayudas públicas y las líneas de subvenciones para asociaciones y entidades sin ánimo de lucro son completa y absolutamente necesarias para que este nicho social se mantenga y a la vez pueda llevar a cabo su linea de actividades; actividades: en la mayoría de los casos, que son el eje central sobre el que se vertebra el día a día de la ciudad en la que se encuentran, e incluso se proyectan hacía el exterior, dentro de la comunidad y del país; y en ocasiones con proyección internacional.

Pero estas entidades tienen otro valor importante que hay que destacar. En muchas ocasiones son generadores de puestos de trabajo (evidentemente no a la escala del sector empresarial) y generan riqueza, ya que al generar actividad en una ciudad, ello redunda en un movimiento económico por pequeño que sea. Por tanto, resulta prioritario cuidar al tejido asociativo de la ciudad y de la comunidad. En muchas ocasiones, además de esta fuente (por minúscula que parezca) de generación de riqueza, son la punta de lanza de resolución de muchos problemas a nivel social, cultural, de salud, medioambientales, de sostenibilidad… Llegan al problema mucho antes que la propia Administración. Son capaces de detectarlo y resolverlo con la misma calidad y rigurosidad que la propia Administración… o quizás antes y más rápido, porque no están sometidas a la arquitectura burocrática de la propia Administración.

Fotografía: ANG Abogados

De hecho, en muchas ocasiones es ésta quien acude a las propias ONG’s. para resolver problemas cuando la situación es delicada. Por eso, decir que hay quitar las subvenciones resuelta una perogrullada de órdago.

Al contrario. Lo que se debe hacer es incentivar su labor social. Facilitarles su gestión, agilizar su tramitación y, sobre todo, apoyarles y escucharles. Su voz y su mensaje es la voz de la calle.

Es la voz de quien está a diario ‘gastando suela de zapato’, que dice una amiga mía. Por eso a un colectivo que hoy en España reúne a más de tres millones de personas no se les puede dejar tirados como una colilla. El denominado Tercer Sector merece todo nuestro respecto. Hoy. España no sería lo que es sin su compromiso, trabajo, generosidad, esfuerzo, y entrega desinteresados. Como decía al principio, este Tercer Sector es multidisciplinar: desde el sector cultural hasta las entidades de ayuda humanitaria, pasando por las entidades de discapacidad o las asociaciones de defensa del medioambiente y la biodiversidad. Todas son absolutamente necesarias e imprescindibles. Son los ingredientes necesarios para hacer el mejor caldo de cultivo de una España mejor: más igualitaria, más normalizada, más inclusiva.

Fotografía: @ayudaenaccion

Pero aún voy a ir más allá. La mayoría de estas entidades están constituidas por voluntarios. El voluntariado es una pieza fundamental de la actividad social española. Sin su trabajo, generosidad, entrega, y compromiso muchas actividades quedarían incompletas. También muchas labores del día a día.

Otra cosa es, que ya existe (y en muchas ocasiones muy congestionado y artrítico),  es que se pongan en marcha mecanismos de control para auditar cómo se ha gastado y de qué manera ese dinero público. Pero, negárselo, por el mero hecho de que estemos ante entidades sin ánimo de lucro es una locura descomunal. Una manera subliminal de que el Estado se auto inmole públicamente. Pero me da que ningún partido político está por la labor de semejante barbaridad.  Y cuando digo ninguno, es ninguno.

Un ejemplo de la importancia del voluntario se observa en el siguiente video. Cuando hace dos años la Reina doña Letizia compartió una jornada de trabajo en un centro de Cruz Roja Española. ¿Alguien cree que este voluntariado hubiera podido llevar a cabo su trabajo sin las ayudas públicas y subvenciones?

(Fuente: Casa Real)

En resumen, las entidades sin ánimo de lucro son una estructura esencial en nuestra sociedad, de las que no podemos prescindir. Mucho menos enfrentarnos, porque cerrar sus fuentes de financiación pública sería un evidente enfrentamiento innecesario. Demasiados enfrentamientos hay en la actualidad 28como para generar nuevos conflictos sin motivo, y, sobre todo, sin argumentos. Quien tenga otra teoría que la exponga. Pero siempre desde la sensatez y el sentido común. Nunca desde el ridículo y el absurdo más espantosos.

 

(Fotografía de cabecera:  Volunteering-Peru.com)

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