Las enfermeras en pie de guerra
Esta semana el digital de Redacción Médica ponía el foco en una noticia sobre el sector de la enfermería que es importante destacar.
El Tribunal Supremo ha dictaminado que las enfermeras no pueden dirigir centros de salud en Navarra. El alto tribunal ha decretado que este puesto solo puede ser ocupado por médicos. Esta sentencia ha destapado la caja de los truenos en la enfermería por lo injusto y lo discriminatorio en toda su amplitud de esta decisión.
De hecho, la decana del Consell de Col·legis d’Infermeres i Infermers de Catalunya, Glòria Jodar, critica la decisión de la Justicia: «Las licenciaturas no te hacen merecedor de las competencias para gestionar organizaciones, son cosas distintas. Tienes que tener una serie de competencias postgraduadas, que es lo que te avala para hacer una gestión de equipos». Jodar, que también es directora del equipo de Atención Primaria de Sant Andreu de la Barca, opina que judicializar esta situación es el error, pienso que no debería llegar a estas instancias.
No le falta razón porque los títulos no le dan a una persona más o menos habilidades de competencias para gestionar organizaciones. No hay ninguna duda de que el Tribunal Supremo se ha equivocado, cuando podía haber abierto camino.
Señalan muy acertadamente desde diferentes colectivos de enfermería que la decisión del Tribunal Supremo en Navarra es un nuevo revés para las enfermeras, aunque se suma a las normas no escritas que había hasta ahora. “El requisito indispensable para que una enfermera sea directora de un centro de salud es que ningún médico quiera. Si hay enfermeras en el cargo es porque ningún facultativo ha querido presentarse”, reconocen.
Una enfermera que ha sido directora de un centro de salud explica que “no había habido ningún problema” bajo su gestión. Por ello que considera la decisión de la Justicia “no válida e irreal”. Entiende que la enfermera que acceda a ese puesto le hace falta gestión y una visión más amplia del organigrama de lo que realmente es una visión sanitaria en determinados momentos.
También se da el caso de que existen centros de salud en Navarra en que no hay director porque nadie ha querido asumir el cargo y la gestión recae en la subdirección de Atención Primaria del Departamento de Salud. Ello provoca que a menudo no haya contacto presencial entre trabajadores y dirección y tampoco comunicación directa y fluida”.
Por eso una enfermera puede desempeñar cualquier puesto de gestión o de dirección. Si las enfermeras son imprescindibles en el engranaje del sistema de salud, también deben serlo en el proceso de gestión y de coordinación.
Había una oportunidad en este momento en el que Navarra abría un camino importante. Pero el Tribunal Supremo lo ha parado. En un Estado de Derecho no toca otra que acatar las sentencias. Pero en ningún sitio, está escrito que las enfermeras sigan peleando para que se les reconozca hasta qué punto pueden desempeñar puestos de dirección y gestión con el mismo nivel de éxito que los médicos. Es cuestión de menos sentencias y más confianza en estas profesionales.
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