Los servicios mínimos en la sanidad canaria
En la totalidad de las comunidades autónomas hay tambores de guerra con respecto en la sanidad, y especialmente en la atención primaria y en atención especializada.
Lo hemos comentado en varias ocasiones. La pandemia de la Covid-19 ha resquebrajado todas las costuras del sistema que de por si estaban ya muy debilitadas. Y ahora, de repente, nos encontramos con el propio sistema sangrando (valga la redundancia) abundantemente. Y lo más grave, con un ejército de profesionales agotado profesional, psicológica y humanamente hablando. El sistema está quebrando, y nos dedicamos a pasearnos por España haciendo anuncios tipo tómbola, antes que resolver el pilar fundamental de nuestro Estado del Bienestar
Asi las cosas, hace unos días el diario La Vanguardia publicaba la noticia relativa a la huelga de los profesionales del Servicio Canario de Salud, que habían anunciado una huelga desde el pasado día 19 de este mes por el Sindicato de Médicos.
En ese contexto el propio Servicio Canario de Salud estableció unos servicios mínimos un tanto rocambolescos. Unos servicios mínimos del 100%. En este sentido, se decretó que Oncología médica, como radioterápica, los Hospitales de Día, y el servicio de Farmacia también operaran al cien por cien en esta protesta. Hasta ahí nada que objetar. Al igual que tampoco hay nada que añadir con la actividad quirúrgica oncológica programada y con las intervenciones programadas no demorables y que suponían riesgos para el paciente. Sólo faltaría.
Por su parte, en los centros de salud se establecieron servicios mínimos según el ratio de pacientes que tenga cada uno y en los hospitales, los servicios mínimos correspondieron con los efectivos previstos para fines de semana y festivos.
Pero faltaba en muchas otras actividades asistenciales cuyos pacientes precisan una actividad constante.
Estamos hablando, por ejemplo, de servicios de rehabilitación de enfermos hospitalizados, o de pruebas diagnósticas en enfermos neurológicos o con cardiopatías. Y también en ginecología, partos y pediatría.
En cualquier caso, cuando estamos hablando de vidas humanas (y todo, absolutamente todo, lo que gira en torno al sistema sanitario versa sobre ello) no cabe hablar de servicios mínimos.
También es verdad que, como decía antes, nuestros sanitarios están saturados. Necesitan que se les atienda de una vez sus reivindicaciones. Sus reclamaciones son necesarias y justas. Debemos fortalecer nuestro sistema de salud en Canarias, en Aragón, en Asturias… en toda España. Es uno de los pilares esenciales de nuestro Estado del Bienestar. No podemos permitirnos seguir dejándolos en la cuneta de la democracia. Esto no va de aplausos. Ni de canciones. Va de inversión y de recursos. Si no invertimos y adecuamos convenientemente nuestro Estado del Bienestar, estamos cavando los cimiento para hundir la empresa que nuestros padres y nuestros abuelos, con tanto sudor, esfuerzo, lágrimas y perdón, les costó levantar. Si no cuidamos a los que nos cuidan, no pretendamos que mañana tengamos a un ejército de valientes profesionales dispuestos a cuidarnos a nosotros. Así de fácil.
Impactos: 1
Para comentar debe estar registrado.